La Federación Argentina de Trabajadores de la Imprenta, Diarios, Medios Electrónicos, Digitales y Afines (FATIDA) expresó su «más enérgico repudio a las recientes declaraciones del embajador de Estados Unidos en la Argentina», Peter Lamelas, y enfatizaron: «Resulta inadmisible que un funcionario extranjero pretenda opinar, condicionar o dirigir el rumbo de nuestro país con manifiestos colonialistas propios de otras épocas».
A través de un comunicado, la entidad gremial afirmó: «Somos un pueblo con una historia de lucha, que supo conquistar su libertad y su independencia frente a potencias imperiales» y agregó: «No vamos a permitir que un emisario del imperio, amparado en su prepotencia y desprecio por los pueblos libres, venga a pisotear nuestros derechos soberanos».
Asimismo, desde FATIDA aclararon que «no sorprende que estas actitudes vengan acompañadas del aval a políticas autoritarias y genocidas, como las que hoy arrasan Gaza con la complicidad de los poderosos del mundo», e indicaron: «Esos miserables creen que pueden seguir dominando con espejitos de colores, mientras avanzan sobre nuestros recursos y nuestra autodeterminación».
En el mismo sentido, desde la Federación que nuclea a los trabajadores gráficos remarcaron: «Peor aún es que lo hagan con la complicidad de un gobierno servil, arrodillado y sumiso, que en lugar de plantarse con dignidad ante estas amenazas, corre a rendir pleitesía», y calificaron al gobierno de Milei como «un gobierno entreguista que repite viejas y humillantes ‘relaciones carnales’ con los mandamases yanquis».
«Por todo esto, desde FATIDA, con la bronca y la indignación que nos genera este atropello, decimos basta y alzamos la voz en defensa de la soberanía, como lo hicimos siempre, reclamando con firmeza nuestros derechos sobre las Islas Malvinas, los territorios marítimos del Atlántico Sur, y denunciando esta nueva avanzada colonial con la que pretenden someternos», reza el comunicado de FATIDA.
Finalmente, la entidad gremial exigió «la inmediata anulación de los Tratados de Madrid (1990) y del vergonzoso acuerdo Foradori-Duncan (2016), firmado por un funcionario argentino en estado lamentable, como luego se hizo público», al considerar que «ambos pactos atentan contra nuestra soberanía y deben ser repudiados por el conjunto del pueblo argentino».